Las horas extra son un clásico en cualquier mercado laboral, da igual el país o la región, el hecho de aumentar la jornada laboral en un número determinado de horas es muy frecuente. Y, sin embargo, la regulación de este hecho no es tan frecuente, y algunos casos, la negociación de las horas extras es un proceso complejo.
No es necesario que definamos el significado de horas extra ya que se trata de una actividad profesional de sobra conocida. Pero, por situarnos, se trataría de aquellas horas de trabajo fuera del horario convencional que se pactan y acuerdan para seguir ejerciendo la actividad profesional a cambio de una remuneración extraordinaria.
Vaya por delante que no nos referimos a los modelos de horas extraordinarias forzosas, que, en muchas ocasiones, rozan o superan la ilegalidad. Esto sería tema de otro artículo.
¿Se pueden negociar las horas extras dentro de un convenio laboral?
De hecho, en la mayoría de convenios laborales se deben recoger apartados relacionados con las horas extra y su remuneración. Esto no siempre se hace, y, de hecho, suele ser un motivo de discusión importante a la hora de negociar entre el empresariado y los actores sindicales o sociales.
En general el reconocimiento de la hora extra como una parte de la actividad profesional, implica que se reconozca como tal en los convenios, pero, también en los contratos. Y esta es una de las bases fundamentales de la disputa.
El reconocimiento de las horas extra significa que, al tratarse de horas de trabajo por encima del acuerdo convencional, su remuneración no debería equipararse a una hora convencional. Por tanto, en un proceso de negociación de horas extra, estas siempre deberían atenerse a dos cosas:
- Un límite máximo de aplicación
- Una cantidad de remuneración por encima de la media de hora contractual convencional
Claro que esto vendría a ser algo así como un mundo perfecto ya que, estos dos elementos suelen ser muy poco reconocidos en las negociaciones.
De hecho, incluso entre los propios trabajadores se ha extendido la modalidad de aplicar las horas extra al mismo coste salarial que la hora convencional, lo cual, además de ser un error, realmente no equipara la realidad de lo que se aporta y lo que se recibe ya que un trabajador por encima de su jornada laboral no debería en ningún caso cobrar la misma cantidad.
La negociación de las horas extra y su remuneración es desde luego un caballo de batalla de difícil solución para muchas empresas pequeñas y medianas, y en menor medida para las grandes empresas que regulan de manera menos agresiva la cantidad de horas ya que pueden permitirse mayores volúmenes de contratación de empleados.
Por ejemplo, en el sector agrario, de hecho, las horas extra son casi una entelequia partiendo de la base de que las jornadas laborales son enormes en comparación a otros sectores.
Probablemente, con el paso del tiempo, va a ser necesario equiparar el conjunto de las horas extra al de otras sociedades y países como por ejemplo la mayoría de países europeos en los que existe legislación al respecto: aunque, no olvidemos que incluso con esta legislación no siempre se acatan las normas.