Tres claves para que diversifiques tus ahorros

Se suele asociar, sobre todo, la diversificación a las inversiones. Esto es cierto, es correcto que realmente diversificar en la inversión es lo más adecuado. Pero, desde luego, hay otros entornos en los que diversificar y el ahorro es uno de ellos.

DIVERSIFICAR AHORRO

Para empezar, hay que señalar que diversificar en el ahorro no sólo es para grandes ahorradores. De hecho, debería ser una acción que se emprenda desde todos los puntos de vista incluyendo aquellos pequeños ahorradores que no pueden juntar grandes cantidades periódicas de ahorro.

Claves para diversificar el ahorro

En primer lugar, la primera clave, es siempre tener claro que deberíamos abrir tres (puede ser más) frentes de ahorro diferenciados.

El primero de ellos es el frente del ahorro de choque. El ahorro de choque es fundamentalmente lo que se viene a denominar la constitución de un colchón de emergencia. Esto es importante ya que este colchón o fondo será el que responda ante cualquier merma de nuestro dinero sin tener que recurrir a financiación o tarjetas de crédito.

Por ejemplo, imagínate que por cualquier motivo desafortunado pierdes tu empleo. Si tienes un buen colchón de emergencia, puedes utilizarlo para suplir durante un periodo de tiempo la fuente de ingresos en lo que buscas otro trabajo: si no lo tienes ese periodo de búsqueda va a ser mucho más tenso y duro.

El segundo de ellos es el ahorro por objetivos. El ahorro en sí mismo no es excesivamente atractivo más allá de la sensación de seguridad que puede proporcionar al ahorrador. Por ello, siempre es importante destinar una parte del ahorro a determinados objetivos que sean satisfactorios para el usuario. Pueden ir desde un viaje hasta adquirir un bien, una reforma, en definitiva, cualquier elemento que pueda satisfacer al usuario y justificar el esfuerzo realizado durante la inversión.

Por último, la tercera clave sería la del ahorro que busca obtener rendimiento, esto es, la parte del dinero que vamos a destinar a herramientas de ahorro remunerado o de inversión que pueden aumentar el capital que estamos aportando. Este último aspecto es clave si tenemos en cuenta que en muchas ocasiones el ahorro parado, el que no produce rendimiento, genera una pérdida de   valor debido al aumento de precios que es constante.

¿Cuánto se debe ahorrar?

Esta es una duda común y que, además, no tiene una buena respuesta ya que no existe un ahorro universal que pueda satisfacer a todos los perfiles de usuario.

En general, se suele decir que cuanto más se pueda ahorrar mejor. Esto se podría traducir en que, cuanta mayor en los gastos y destinar al ahorro mejor ir a nuestra economía. En cualquier caso, la idea base es al menos ahorrar entre el 10% y el 20% de los ingresos brutos mensuales con carácter periódico. Esta cifra podría ser ya más o menos adecuada para el ahorro.

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