A nada que el lector se mantenga ligeramente informado sobre lo que ocurre en las finanzas tecnológicas, y las nuevas herramientas de inversión, seguro que ha escuchado hablar de los NFT. Y también es probable que haya escuchado a algún analista asegurar que se trata de un segmento con un futuro incluso superior al de las propias criptomonedas.
¿Esto puede ser verdad? Pues lo cierto es que apunta a que se trata de algo más que un fenómeno pasajero o puntual, y que, efectivamente, puede llegar a tener un potencial de crecimiento enorme, del que aún hoy en día ni siquiera somos capaces de ver el techo.
¿Qué son los NFT?
NFT son las siglas en inglés de token no fungible. Vamos a tratar de explicar de manera sencilla qué es y qué significa.
La llegada de las criptomonedas trajo consigo también la llegada de algo que es lo que realmente ha cambiado el mundo de las finanzas tal y como lo conocemos, la cadena de bloques.
No vamos a explicar muy a fondo qué es una cadena de bloques, pero diremos que es un modelo de herramienta en el cual la verificación de las operaciones se realiza a través de una serie de pasos que van generando bloques encadenados entre sí, verificándose a través de diferentes usuarios o herramientas de verificación a tal fin.
Esto permite, por ejemplo, operaciones muy eficientes, descentralizadas (o centralizadas) y en las que es prácticamente imposible manipular los diferentes pasos del proceso para modificar el resultado.
Pues bien, una de las herramientas que ha surgido alrededor de las cadenas de bloques son los contratos inteligentes.
Un contrato inteligente no deja de ser un contrato vinculante, que se establece entre partes, pero que en este caso se verifica y se realiza a través de la cadena de bloques. Lo que le otorga unos valores muy interesantes, que van desde la garantía de verificación, hasta la trazabilidad si es necesario, etc.
¿Cuál es la base de negocio en los NFT?
Explicado esto entendemos la base de los NFT se trata de objetos únicos, irrepetibles, que se genera a través de los contratos inteligentes, y que mantienen su carácter único a lo largo del tiempo.
De esta manera, se podría vender uno de estos objetos, y seguir en el tiempo la trazabilidad de su venta en posteriores y futuras ventas.
Aplicado, por ejemplo, al arte, es sin duda uno de los modelos más crecientes de comercialización. Estamos hablando de que ya se comercializan activos de este tipo en decenas de millones de dólares. O que, se puede comercializar activos como la primera portada del New York Times.
Pero hay más. Las puertas que se han abierto para este tipo de contratos inteligentes y lo que generan son inmensas, desde su aplicación a los juegos, en los que, además se propone un modelo de jugar para ganar dinero, que es creciente, y que sin duda es una parte importante del futuro de los videojuegos y la inversión hasta otras aplicaciones directas relacionadas, con ejemplo con el famoso Metaverso que tan en boga está.