Cómo actúan los gastos hormiga en nuestra economía

Al valorar nuestras finanzas personales, una parte importante que muchas veces olvidamos qué son los gastos hormiga, decisivos a la hora de ahorrar o invertir.

Realicemos un sencillo ejercicio práctico dónde podamos poner en orden nuestras finanzas y ver la repercusión que tienen los gastos hormiga sobre nuestra economía.

Realicemos una prueba

Vamos hacer una pequeña prueba, con el objetivo de conocer la realidad sobre tus finanzas, para ello es necesario, no omitir nada, para poder sacar una conclusión real sobre tu economía.

Durante dos semanas tienes que comparar tus gastos. Empezaremos la primera semana observando los gastos globales de esos siete días, es sencillo de llevar a cabo y puedes utilizar una tarjeta prepago o virtual para poder limitar gastos.

Los gastos generales, imprevistos, no se van a contar, solo los gastos corrientes.

La segunda semana, tenemos que prestar toda nuestra atención a los gastos (lo que gastamos), dejando fuera los gastos que no sean rigurosamente necesarios.

Ejemplo, siempre que se pueda evitar comer fuera de casa, reducir el gasto en ocio, etc. Solo gastaremos aquello que verdaderamente es imprescindible para nosotros, como transporte, medicinas, alimentación, etc.

Pasadas las dos semanas compara los resultados. Si no te hiciste trampas a ti mismo, comprobaras que la diferencia de gasto entre la primera semana normal y la segunda semana de gasto necesario puede ser mayor al 30% o incluso llegar al 40%.

La importancia de los gastos hormiga

No es cuestión de ser tacaños o renunciar a todo, el ejercicio que hemos realizado, es un ejercicio extremo, con el que queríamos comprobar la diferencia entre los gastos necesarios y los gastos innecesarios.

Tenemos que buscar un equilibrio entre ambos, donde no renunciemos a nuestro ocio o gastos innecesarios que nos aportan satisfacción, sin olvidar llevar un control de gastos hormiga.

El gasto hormiga posiblemente es el mayor enemigo de una buena gestión económica. No debemos prestar únicamente atención a los grandes gastos, si olvidamos los pequeños gastos nuestra economía se verá resentida.

No es cuestión de no consumir, sino de que ese consumo sea de una forma razonable. En un año la cantidad de gasto innecesario es muy elevada y es un dinero que bien podríamos emplear de una forma más idónea o incluso en nosotros mismos, en deporte, salud, todo aquello que nos aporte una mayor calidad de vida.

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